miércoles, 31 de marzo de 2010

El cierre del canal 53

Por: Eli Helieger

El cierre del canal 53, que transmite desde Santiago, bajo el alegato de que en uno de sus programas se difamó la figura del Presidente y otros funcionarios, sorprendió a muchos que lo califican como un acto autoritario.

El Instituto Dominicano de Telecomunicaciones cerró el canal y con ello los demás programas, sin intervenir una decisión judicial.

Sí el doctor Ernesto Fadul ofendió a personalides públicas u cualquier otro ciudadano debió sometérsele a la justicia tal y como establece la Ley 6132 Sobre Expresión y Difusión el Pensamiento.

Suponiendo que el doctor Fadul cometió difamación no debió pagar con ello el canal, en una decisión que recuerda tiempos idos cuando se prohibía administrativamente a políticos hablar por la radio y televisión.

Es una norma general que los canales de televisión no son responsables de las opiniones de sus productores a los cuales venden espacios.

Es probable que se tomara como excusa la clausura del programa del doctor Fadul, para cerrar otros programas no afectos al Gobierno.

Fue una decisión unilateral del Instituto Dominicano de Telecomunicaciones que no se puede pasar por alto, pues mañana pueden ser otros programas que se prohíban administrativamente.

Sería saludable que los tribunales de la República determinen si el doctor Fadul cometió alguna infracción, y, si es cierto, se condene como establece la ley, aunque él dice que tiene las pruebas de lo que ha dicho.

Los medios de comunicación no son para difamar, hay que usarlos con la mayor altura, pero tampoco se pueden apoyar arbitrariedades como la cometida por Indotel.

Ojalá que Indotel rectifique y mantenga ese mismo celo con epígonos del Gobierno, pagados con recursos del Presupuesto Nacional, que cada día realizan campañas contra los opositores, en lo que muchos califican como paredones morales.

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