lunes, 29 de marzo de 2010

Barahona busca mayor fortaleza como destino turistico

Barahona.- En Barahona no saben con exactitud de cuántas habitaciones disponen para uso turístico, ni la cantidad exacta de visitantes que reciben por agua, tierra o mar. En materia de turismo, las grandes estadísticas parecen reservadas a los grandes polos.

Pero no es algo que mortifique mucho a los barahoneros. En estos momentos se concentran en preservar los muchos recursos naturales que conservan en sus 1,650.49 kilómetros cuadrados y en adecuarlos para conformar una de las más completas ofertas turísticas del país.

Y lo hacen de una forma digna de reconocimiento. Analizan lo que pasa en resto del país, aprenden de los errores de los grandes polos turísticos, refuerzan sus debilidades y discuten y deciden en grupo qué les conviene o no como provincia, como ciudadanos y como consumidores. Al resultado lo llaman turismo comunitario porque la gran protagonista responde a un nombre colectivo que es, también, la gran beneficiada: la comunidad.

En este proceso unen esfuerzos desde el año 2004 el Clúster Ecoturístico de Barahona y la Alianza Dominicana para el Turismo Sostenible (DSTA), a través de una iniciativa de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo (USAID).

“Queremos trabajar con criterio de sostenibilidad. No nos gustaría que el derrame económico no llegue a la comunidad. Por eso estamos promoviendo el turismo comunitario”, dijo el director del Clúster Ecoturístico de Barahona, Rafael Matos, durante un encuentro con representantes de medios de comunicación en la ciudad de Barahona.

Y por eso las cifras no son prioridad en este momento. De hecho, dice Matos, es bueno que aún no haya llegado el boom turístico a la zona “porque eso nos permite planificar, evitar los errores de otros polos”. Al empuje inicial de la USAID se han unido como colaboradores el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), a través de sus proyectos, la Agencia de Cooperación Japonesa (JICA), la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI), la Unesco, la Agencia Alemana de Cooperación al Desarrollo (GTZ) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Grandes proyectos
El plan de trabajo ya avanzado incluye la capacitación de personal de las micro y medianas empresas turísticas (desde cursos de manejo de PC e Internet y servicio al cliente hasta un prometedor programa de artesanía), limpieza y ordenamiento de playas y el fortalecimiento de la gestión municipal.

Actualmente los trabajos se concentran en la remodelación del centro urbano de Barahona, en el mejoramiento y creación de parques temáticos y en la construcción de un bulevar frente al malecón de la ciudad. Una prioridad es la construcción del nuevo puerto turístico de Barahona, con el que las autoridades ya se comprometieron a colaborar con 120 millones de pesos.

Trabas
Pese al entusiasmo, hay una queja. Los problemas que truncan el desarrollo del turismo en la región no tienen que ver con las inversiones ni con el mucho o poco interés de sus habitantes en el tema, sino con las trabas gubernamentales en la obtención de los permisos de rigor para iniciar los proyectos. Algunos de ellos, de alto vuelo, aún esperan aprobación.

De todas formas, los barahoneros se muestran optimistas y no les importa que les digan que son quisquillosos con sus recursos.

“Estamos tratando de mejorar nuestra calidad de vida y somos nosotros los únicos que debemos asumir eso. Nadie, de otro sitio, va a asumir las condiciones de nuestra calidad de vida; al contrario, pueden deteriorar la vida nuestra a los fines de recibir recursos cuantiosos y dejarnos a nosotros todas las maldades y todos los males como está ocurriendo en otros lugares y aquí también ocurrieron”, indica Matos.

Los hoteleros de la zona se unen al compromiso. En el hotel Quemaíto obtienen la energía de paneles solares, cultivan los ingredientes con los que condimentan los alimentos, cuentan con su propia planta de tratamiento y la piscina tiene integrado un sistema que trabaja con la luz ultravioleta y por lo tanto no amerita el uso de químicos. Su administrador, Félix Marcos Sánchez, dice que dan prioridad a estos detalles porque quieren contribuir a encaminar a Barahona al turismo del futuro, al turismo sostenible.
UNA REGIÓN QUE TIENE TODAS LAS OFERTAS
Con todo y el potencial agrícola, minero y turístico de Barahona, Rafael Matos destaca que junto con Pedernales, Independencia y Bahoruco conforma la región más deprimida del país. Gran paradoja, porque se trata de la región que conserva la mayor biodiversidad de la isla y la mayor parte de su territorio está formado por áreas protegidas de todos los tipos, lo que le augura un desarrollo turístico envidiable. En el caso de Barahona, si los turistas buscan sol tienen en sus costas el más brillante. Si quieren frío, las montañas más altas de la Sierra de Bahoruco les congelarán los huesos. Si buscan sanación, cuentan con miles de metros cúbicos de aguas sulfurosas.

¿Hoteles? Muchos y acogedores como Playa Azul, Quemaíto, Pontevedra, Guarocuya, Casa Bonita y Rancho Platón. Es tan completa la oferta de Barahona que si el turista quiere quedarse en una casa familiar y compartir con sus miembros puede hacerlo en La Ciénaga a través del proyecto Guan Aventura.

Allí encontrará también la más fina artesanía elaborada con materiales desechables y probará exóticas mermeladas jamás pensadas (guanábana, naranja amarga, mango y chinola). ¿Más? Barahona tiene lagunas, impresionantes vistas panorámicas, mangles, cascadas, cuevas, ojos de agua, ricas tradiciones y gente con muchas ganas de progresar.

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