Solidaridad con los Haitianos, ¿y qué ha de nosotros?
Por: Emerson Fortuna Batista
Estuve escuchando en el día de hoy, lunes 18 de enero del 2010 el programa de la Z 101 el gobierno de la mañana, específicamente a Don alvaro Arvelo hijo. Este gran comunicador, la enciclopedia humana (como lo han denominado y como se ha hecho llamar él mismo, que de paso, en mi opinión lo tiene bien merecido, ya que a pesar de que las enciclopedias instruyen sobre lo bueno, no es menos cierto que también enseñan las malas, donde esta la podredumbre, lo que camina bien y lo que camina mal en el sistema del globo terráqueo. Y por la misma razón existen muchas personas que no lo ven de esa forma, y no le quieren dar el sitial merecido, que se ha ganado por su dedicación a los estudios entre otras cosas)
Y el tema que abordaba esta vez era sobre la tragedia haitiana (el tema de moda) y no pude evitar adherirme a la posición de este, hablaba de todas las soluciones que se le han buscado a Haití tras de su desgracia, de las cuales algunas aun no se han resuelto en nuestro querido país República Dominicana.
Ninguno de los ciudadanos somos ajenos a los daños recaídos sobre Haití en esta etapa de la historia del planeta, y siendo mas precisos en la Historia Dominico- haitiana
Y entiendo que se apoye este país en desgracia, y aplaudo a los que han dado el ejemplo, y a todos los que de una u otra forma han acumulado esfuerzos para darle la mano a esta pobre ciudad hermana con este nuevo dolor profundo.
Pero esto, sin ánimo de politizar mi comentario, no es posible obviar que, muy a pesar de la gravedad del asunto que nos ocupa, hemos olvidado algo sumamente importante para los dominicanos residentes en la isla misma.
E irónicamente lo que hemos olvidado, son los mismos ciudadanos de esta, y básicamente, la parte pobre de esta, los cuales no a diario encuentran que comer, y no exactamente después del desastre ocurrido en Haití, sino, desde antes del tan noticiado (comentado a nivel de comunicación en los medios y también en circuito cerrado), terremoto.
Y no creo que piensen lo mismo estas personas que no han corrido la misma suerte de socorro que lo de la ciudad hermana, y como bien dijo Alvaro Arvelo, estos ven los camiones o furgones (helicópteros, avionetas, aviones, etc....) que pasan llenos de abundancia de diferentes tipos de ayuda en sus narices, cuando ellos han sido olvidados por la misma sociedad de dominicanos que están ayudando a subsistir a otro país y a estos los abandonan a su suerte.
Siguiendo el tema, pero con otra preocupación, que es la energía eléctrica, en un país donde todos sabemos que este es uno de los males que aquí no se han podido reparar (y a duras penas) no creo que haya sido muy acertada esta gestión de la Corporación Estatal de energía eléctrica de llevar planitas con la finalidad de dar luz (y no luz solar precisamente) a la ciudad hermana de Haití. Esto bien pudo haberlo hecho uno de los países que están apoyando, y que no tengan este problema tan arraigado como lo sufre a diario la República Dominicana.
Y mi pregunta a raíz de esto es: ¿si había dinero para comprar estas plantas y así solucionar el asunto eléctrico en nuestro país, porque no se hizo esta inversión?
Y sabemos que este dinero saldrá del país y no de otro Estado, porque, sorprendentemente por encima del desastre descomunal sucedido, los países se pelean por el protagonismo del primer lugar de ayuda, y pues entonces, no sería posible que nos den esa primicia pudiendo hacer a la luz pública esta ayuda si nos la hubiera donado otra nación.
Es decir, para dárnoslas a nosotros, la hubiesen llevado directamente al país en cuestión.
Pero, creo que todos necesitamos respeto y ayuda, para poder creer en algo, para no perder la fe, para no sucumbir ¿o sería necesario acudir a la ciudadanía haitiana (como ocurrió en 1844, pero de forma inversa por otras razones) para recibir el apoyo debido?
Solo me resta preguntar: ¿donde estaba esta ayuda y esta solidaridad humana antes de este desastre para ayudar a los demás ciudadanos con carencias similares (pero con un desastre mayor y muy diferentes aclaro) para nuestros ciudadanos radicados aquí mismo?
El autor es escritor, poeta y trabaja en su tesis en la carrera de derecho
lunes, 18 de enero de 2010
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Es una ironía. Para muchos dominicanos debe ser chocante ver llevar comida a la vecina nación cuando ellos no tienen qué comer (millares pasan hambre en dominicana).Pero lo cierto es que lo sucedido en Puerto Príncipe fue algo singular.La solidaridad debió ser compulsiva e ir pronto en su auxilio porque es como si se tratara de un recién nacido tirado en una piscina.
ResponderEliminarAhora mismo la capital haitiana es un caos. No es sólo una ciudad en ruína, es también una tumba, con 200 mil cadáveres que deben ser inhumados, sin gobierno, con decenas de delincuentes saqueando casas y comercios, millares de heridos, cientos de miles sin hogar... En otras palabras, una situación suis géneris que debe ser abordada desde disntintos ángulos.Naturalmente, comida y medicina es lo primero...
100% de acuerdo con ustedes, un abrazo
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