martes, 24 de noviembre de 2009

Las víctimas de la matanza de Filipinas ascienden a 46

Los agentes hallan dos fosas comunes con más asesinados.- El Gobierno extiende el estado de emergencia en más provincias del sur

ELPAÍS.com

Varios policías forenses junto a varios cadáveres tras producirse la masacre en la provincia de Maguindanao.- EFE

Sumida en plena violencia, Filipinas ha extendido el estado de emergencia en dos provincias del sur y en una ciudad cercana mientras las fuerzas de seguridad han elevado el número de muertos a 46 tras la masacre de ayer en la isla de Mindanao. Un grupo armado de un clan político local atacó una oficina electoral en el que se encontraban partidarios del candidato a gobernador, Esmael Mangudadatu, y varios periodistas.

La policía filipina ha encontrado hoy dos fosas comunes en el mismo lugar donde ayer aparecieron los cuerpos sin vida de otras 24 personas de la matanza perpetrada por una disputa de clanes en el sur del archipiélago asiático. En una primera fosa hallaron los restos mortales de 11 víctimas y en la otra han dado con 7 cuerpos. Cuatro personas permanecen desaparecidas pero los agentes forenses creen que han sido asesinados aunque todavía no se ha dado con su paradero, según ha informado el director de la Policía filipina, general Jesús Verzosa.

Cerca de 100 hombres armados secuestraron a medio centenar de personas, en su mayoría periodistas, mientras acudían a la oficina regional de la Comisión Electoral a presentar la candidatura a gobernador de Esmael Mangudadatu, vicealcalde de la localidad de Buluan y cuya mujer fue asesinada junto a otros miembros de la misma familia en la masacre ocurrida en región musulmana de la isla de Mindanao.

El Ejército descubrió los cuerpos de 24 personas, la mayoría de los cuáles estaban decapitados, en una remota área montañosa a falta de medio año para que se celebren las elecciones generales. Colegas de dos periodistas asesinados han relatado el ataque al diario EL PAÍS.

Ante esta situación, la presidenta Glora Macapagal Arroyo ha declarado la emergencia indefinida en las provincias de Maguindanao y Sultan Kudarat y en la ciudad de Cotabato para "prevenir y eliminar que se produzcan otros incidentes de violencia sin control".

Cuatro supervivientes

Mangudadatu ha dicho hoy martes en declaraciones a una radio local que cuatro personas sobrevivieron a la masacre y estaban bajo su protección. "Saldrán en el momento perfecto, están a salvo con nosotros", ha declarado. Los cuatro supervivientes lograron escapar de sus captores tras ser secuestrados en furgonetas a punta de pistola.

Tanto Mangudadatu como su hermano, Khadadafeh, apuntaron ayer al mismo supuesto culpable. "Sospechamos que Ampatuan está detrás de esto. Su hijo se va a presentar al parecer a gobernador, y ya nos había advertido que nos asesinaría si optaba" al cargo, dijo Khadadafeh, informa José Reinoso.

El clan de los Mangudadatu está enfrentado desde hace tiempo con el de Datu Andal Ampatuan, jefe de una poderosa familia local y gobernador de la provincia hasta hace poco. Según la policía, Ampatuan tiene su propio ejército privado. Los militares filipinos aseguran que cuenta con un centenar de hombres armados, la mayoría de ellos, paramilitares, que supuestamente actúan como guardas gubernamentales de la familia. Los asesinatos están ligados a rivalidades políticas entre estos clanes familiares.

La semana pasada dio comienzo el proceso electoral al que se han presentado cerca de 17.800 candidaturas al Gobierno nacional y local. Los comicios electorales en Filipinas suelen estar marcados por la violencia, especialmente en la región del sur, donde las fuerzas de seguridad enfrentan la insurgencia de los rebeldes comunistas, los radicales islamistas y otros grupos rebeldes.
Un polvorín llamado Mindanao

La matanza perpetrada ayer en la provincia de Maguindanao, una de las que constituyen la Región Autónoma Musulmana de Mindanao, ha prendido una nueva mecha en el polvorín que representa el sur de Filipinas desde hace décadas. La violencia en esta zona del archipiélago proviene de tres frentes:

- Las rivalidades entre clanes familiares. Los periodos electorales están marcados tradicionalmente por la violencia. Los clanes familiares disponen de ejércitos privados y en Maguindanao los clanes Ampatuan y Mangudadatu están enzarzados desde hace años en una disputa en la que hasta ahora se ha impuesto la familia del ex gobernador, Andal Ampatuan.

- Los rebeldes comunistas. Son responsables de más de 3.000 muertes en el país en los últimos ocho años, según las estimaciones del Ejército. Las guerrillas maoístas del NPA (siglas en inglés de Ejército del Nuevo Pueblo), brazo armado del Partido Comunista, se alzaron hace 40 años. Se oponen a la presencia militar estadounidense en Filipinas. Tienen presencia en Mindanao, pero cuentan con bases en otras zonas del país. Se estima que están integradas por unos 5.000 militantes y se financian en buena parte mediante la extorsión.

- La insurgencia islamista armada. Se estima que ha causado la muerte de unas 120.000 personas desde los años setenta en este país de mayoría católica. Está integrada por el Frente de Liberación Islámico Moro, escindido en 1981 del moderado Frente de Liberación Nacional Moro, hoy formación política, y otros grupos como Abu Sayaf, que lucha por el establecimiento de una provincia islámica independiente, y el Movimiento Rajah Sulaiman. Estos dos últimos fueron fundados a principios de los noventa y, según el Gobierno de Manila, están ligados a Al Qaeda y a la organización terrorista del sureste asiático Jemaah Islamiah. Abu Sayaf ha sido acusado de algunos de los peores ataques en el país, incluidos la explosión de un transbordador en la bahía de Manila, que mató a más de 100 personas, en 2005. Se estima que tiene entre 300 y 400 miembros.

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