Perspectiva del Día

Un triunfo y una convocatoria

Por: Ramón Tejeda Read

Agregar treinta y siete nuevas zonas al sistema nacional de áreas protegidas no es cualquier cosa y es para celebrar.

Particularmente si se incluye en ellas al Parque Nacional Aniana Vargas, en Hatillo, provincia Monseñor Nouel, de 103 kilómetros cuadrados, y el Parque Nacional Humedales del Ozama, de unos 48 kilómetros cuadrados.

Se trata de dos lugares extremadamente sensibles habida cuenta de las presiones que sobre ellos ejercen la actividad minera, por un lado, y, en el caso de los humedales del Ozama, la monstruosa y descontrolada expansión urbana con todo lo que ella apareja.

Los humedales del Ozama y toda la cuenca de ese río y el Isabela hace tiempo que necesitan una atención muy especial, toda vez que ambos son parte de una cuenca particularmente impresionante por el número de arroyos y pequeños cursos de agua y porque, además, convergen todos en el “Ozama undoso” de que hablan nuestros poetas clásicos, que baña buena parte de nuestra Capital, pero que la miseria y el abandono oficial han convertido en pura cloaca.

Hay que reconocer al gobierno este paso sin tacañerías, y lo haremos aún más si se destinan los fondos que reclaman las nuevas zonas agregadas al sistema nacional de áreas protegidas necesarios para la preservación y uso de esos espacios en provecho de todos los dominicanos y dominicanas.

Porque, la verdad sea dicha, no se puede hablar de parques nacionales y áreas protegidas con guardaparques viviendo en la miseria—ellos y sus familias—y desprovistos de un sistema de seguridad que les garantice su salud y la de los suyos y sin la preparación adecuada, en equipos y educación, entre otras cosas elementales.

Treinta y siete nuevas zonas protegidas son un triunfo de todas y todos y son una convocatoria a la responsabilidad social y oficial; para que paguemos los tributos necesarios para mantenerlas y disfrutarlas [sin cementeras al acecho] y para agregar al sistema las que todavía faltan.