Por: Julio César Paulino
Para escribir el presente trabajo tuve la autorización de la aquitecta Doris Montes de Oca, debido a que la parte que trata de la iglesia, pertenece a un trabajo de investigación que ambos estamos realizando.
Si seguimos en orden cronológico los terremotos y temblores de tierra que han tenido lugar en la isla de Santo Domingo desde la llegada de Colón hasta la fecha, encontraremos que el único que ha causado daños en San Juan de la Maguana, ha sido el llamado terremoto de San Bruno, cuyas réplicas se sintieron por espacio de un año, muchos de ellos fuertes, y que fueron bautizados por el pueblo como los temblores de San Bruno, cuyos efectos causaron tantos pánicos que cualquier ruido provocaba que sus habitantes corrieran hacia las calles rezando, arrodillándose y dándose golpes en el pecho.
Este trágico acontecimiento, que va a cumplir 98 años, tuvo lugar el 6 de octubre de 1911, a las 5:30 A.M., teniendo su epicentro con magnitud de 7.0 en la escala Richter, al Sur de la cordillera central entre el nacimiento de los Ríos Yaque del Sur y Artibonito.
Este terremoto causó serios daños en Azua, donde agrietó la iglesia y varias casas, y causando pánico en Baní, Ocoa, San Cristóbal y otras localidades.
Sin embargo, el daño que causó en San Juan de la Maguana fue irreparable desde el punto de vista histórico, debido a que, solo dejó los cimientos de su segunda iglesia colonial (la primera iglesia de San Juan se encuentra sepultada en la Culata, lugar donde estuvo asiento la antigua ciudad. También existen los cimientos de otra iglesia colonial, la de San Francisco, cuyos cimientos se encuentran en la calle 12 de julio esquina Dr. Cabral (que están siendo investigados por Doris Montes de Oca y quien escribe).
Esta segunda iglesia que se encontraba frente a la plaza de arma, actual parque Sánchez, hoy sería una reliquia para el pueblo, debido a que comenzó a construirse a partir del año de 1733, cuando se inició la refundación de San Juan de la Maguana, y cuyos costos fue de 16 mil pesos que fueron aportados por los nuevos habitantes que procedían de las Canarias y de la ciudad de Azua. Para su construcción se usaron ladrillos de la antigua ruina.
En el año de 1767, un incendio la destruyó parcialmente, siendo reconstruida nuevamente por el aporte de los habitantes.
Otros daños causados por el terremoto, fueron las estanterías de las casas comerciales, cuyos dueños tuvieron cuantiosas pérdidas materiales y económicas, así como también la casa de Juan Jáquez, que junto a la iglesia, eran las únicas edificaciones de mampostería de la ciudad
Para concluir, quiero señalar que la arquitecta Doris Montes de Oca y quien escribe, estuvimos buscando los cimientos de esta casa que se encontraba frente al mangal de Juan Jáquez, a unos 200 metros del segundo caño del río San Juan, y unos 400 metros de la casa de los Duval en El Córbano.
Lamentablemente, solo trabajos de excavaciones arqueológicas, tanto en esa casa, como en la iglesia de San Francisco, puede resolver ese asunto.
El autor es antropólogo.
Publicado por José Enrique Méndez en 9/21/2009
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