Dos días de negociaciones para tratar de hallar una salida a la crisis política que vive Honduras finalizaron en Costa Rica sin un acuerdo.
El gobierno interino dijo que la propuesta de que el depuesto presidente Manuel Zelaya regrese al poder es inaceptable y significaba una interferencia en los asuntos internos de Honduras.
Por su parte, representantes de Zelaya en la conversaciones describieron a la contraparte como intransigente y dijeron que no participarían en más negociaciones.
El presidente de Costa Ricas, Oscar Arias, quien ha servido de mediador, advirtió sobre el peligro de una guerra civil si las conversaciones fracasan y propuso que se reanuden en 72 horas.
Inaceptable
Oscar Arias advirtió del peligro de una guerra civil en Honduras si las negociaciones fracasan
"Lo siento mucho, pero las propuestas en que usted ha insistido resultan inaceptables para el gobierno constitucional de Honduras", dijo este domingo el canciller del gobierno interino, Carlos López, al término de la segunda ronda del diálogo que había iniciado la semana pasada el presidente costarricense, Oscar Arias.
Esta instancia de negociación que se había abierto el sábado se reanudó durante la mañana del domingo con una inesperada confrontación pública de las dos delegaciones, que salieron a ventilar sus discrepancias ante la prensa.
Delegados de Zelaya insistieron en que debe restablecerse "este hilo constitucional que ha sido roto".
La mediación no ha sabido comprender que la "pretensión de imponer como presidente" al señor Manuel Zelaya "es absolutamente inaceptable", dice un comunicado leído por López al concluir el encuentro, en el que resume la posición defendida en San José por la delegación del presidente interino de Honduras, Roberto Micheletti.
López arremetió contra la propuesta de Arias, señalando que "constituye una abierta intromisión en los asuntos internos de Honduras y una lamentable desnaturalización de la mediación."
Concluida la lectura de su comunicado, no respondió a preguntas de la prensa.
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"Intransigencia"
Para el gobierno interino, la propuesta "constituye una abierta intromisión en los asuntos internos de Honduras".
Para la delegada del presidente Zelaya, Rixi Moncada, el diálogo finalizó este domingo por la "intransigencia de este régimen de facto".
"Lamentamos profundamente que esta comisión del régimen de facto no haya expresado su sometimiento a los plazos, fijados por los organismo internacionales y el mediador, para el retorno al orden constitucional sin condiciones", añadió.
"Hemos sido víctimas, como gobierno constitucional, de un golpe de estado militar, que mediante la fuerza, la violencia, nos ha hecho salir del país y nos mantiene hoy, tanto al presidente constitucional, como a todo su gabinete, en el exilio", dijo Moncada.
"Para nosotros este diálogo, con esta comisión de este régimen de facto, ha finalizado, y ha finalizado este día por esa intransigencia", añadió, antes de exigir que se retome "este hilo constitucional, que ha sido roto" en su país.
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Punto clave
El punto clave de toda la negociación era el retorno del presidente Manuel Zelaya a su cargo, exigido por la comunidad internacional y por la Organización de Estados Americanos (OEA), que lo aprobó de manera unánime, suspendiendo la participación de Honduras en la institución.
Hemos sido víctimas, como gobierno constitucional, de un golpe de estado militar, que mediante la fuerza, la violencia, nos ha hecho salir del país y nos mantiene hoy, tanto al presidente constitucional, como a todo su gabinete, en el exilio
Rixi Moncada, representante del depuesto presidente Manuel Zelaya
En esa línea, el primer punto, de los siete que componían la propuesta de Arias, era "la legítima restitución de José Manuel Zelaya en la Presidencia de la República".
El tema fue reivindicado en diversos escenarios latinoamericanos.
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, arremetió duramente contra Arias y su mediación, acusándolo de ser "un instrumento de los yanquis" y de estar actuando a favor de los golpistas, en el discurso de conmemoración de los 30 años de la revolución sandinista este domingo en Managua.
Pero también el canciller brasileño, Celso Amorin, habría expresado su preocupación por la lentitud de las negociaciones a la secretaria de Estado Hillary Clinton, según la asesoría de prensa de la cancillería brasileña.
Amorim tampoco estaría de acuerdo en dar un tratamiento igual a la delegación de lo que la comunidad internacional considera el gobierno legítimo de Honduras, del presidente Manuel Zelaya, y la de los golpistas.
La Cancillería brasileña no vería con buenos ojos que los golpistas impongan condiciones para el retorno del gobierno constitucional y, mucho menos, que se integre un gobierno de coalición, como propuso Arias.
Nuevo plazo
Delegados de Zelaya insistieron en que debe restablecerse "este hilo constitucional que ha sido roto".
El presidente costarricense pidió 72 horas más para hacer consultas.
"Ustedes han sido informados por los representantes de las dos delegaciones de que no fue posible llegar a un acuerdo satisfactorio sobre estos siete puntos", dijo el mandatario costarricense.
"La delegación del presidente Zelaya aceptó mi propuesta íntegramente, mas no así la delegación de Roberto Micheletti. Quiero tomarme 72 horas para continuar trabajando para ver si podemos lograr un acuerdo entre las partes en conflicto", agregó.
"¿Cuál es la alternativa al diálogo?", se preguntó Arias.
"Puede haber una guerra civil y derramamiento de sangre que el pueblo hondureño no se merece. Si logro que se acepten las siete propuestas mías, sobre todo la primera, que es la restitución del presidente Zelaya y el restablecimiento del orden constitucional, tal vez podemos evitar que haya un derramamiento de sangre en Honduras", añadió.
lunes, 20 de julio de 2009
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