Por: Alberto E. Borda Objio
Periodista dominicano residente en Estados Unidos
De un tiempo a esta parte, y como consecuencia del desbarajuste institucional del País, se están dando situaciones que hacen pensar que el destino de los dominicanos, secuestrado desde hace varios años por los mismos sectores políticos que se anidan en las organizaciones partidarias existentes, en contubernio con los sectores económicos de poder, está llevando las de villa diego. Pues todo parece indicar y así lo percibe la ciudadanía, que no hay esperanzas de detener la caída inminente del sistema que impera en la Nación como consecuencia funesta del latrocinio y la generalizada corrupción.
Tierra de nadie es lo que parece el País. Porque a nadie duele lo que está sucediendo, denuncias y más denuncias, y hacen el caso del perro. Todo el que busca alguna posición en el Estado, y ofrece supuestas “soluciones “al problema de la corruptela, lo que busca es la oportunidad de encaramarse en el palo para obtener sus inicuas pretensiones de poder. Con el único objetivo de saciar sus apetencias personales al amparo de la cobija protectora que ofrece la fuerza de ser gobierno. No importa la instancia que sea con tal de tener el mando, ya que de esto, se derivan, canonjías y prebendas sustanciosas que es lo que finalmente se busca.
El rosario de iniquidades a que se recurre en pos de lograr estos objetivos, no importa. El fin es lo que cuenta y es que alcanzar la meta propuesta, justifica los medios utilizados. Y parece, que quienes se embarcan en esta carrera, destructora de ilusiones y sueños de una población vulnerable y desprotegida, no les importa nada. Viendo la ciudadanía, que cada vez se alejan más las oportunidades de vivir en un País decente y organizado. Como resultado del afán de lucro desmedido e insaciable de aquellos que acceden o tratan de alcanzar algún tipo de poder en los estamentos del Estado.
Todo esto, a propósito de la carrera por la nominación a las posiciones congresuales y municipales en los comicios que para esto, se llevaran a cabo próximamente. Pues ya los enfrentamientos empezaron, y los contendientes, están enfrascados en las más diversas diatribas de las que nos tienen acostumbrados los personajes que sueñan con lograr los puestos para representar en las posiciones electivas a los diferentes grupos políticos que terciaran en la justa comicial. Ya la Guerra comenzó! Y no se detendrá hasta el final, que será, cuando los más habilidosos en engaños y promesas, logren coronarse con el éxito.
Pero como en toda conflagración politiquera, los más afectados resultan ser los que nada ganan de estas batallas proselitistas. Y es que la anarquía en la propaganda electorera, por su elevado costo, deja muy mal parado al País. Siendo víctimas de este dispendio de dinero por parte de los actores y también de los que dirigen el escenario del teatro de las operaciones, los ciudadanos más pobres. Quienes sufrirán las consecuencias de la
dilapidación. Y es que lo que deviene de estas francachelas, es el saqueo de las arcas del Estado, para recuperar lo invertido en la mal llamada fiesta de la
Democracia. Y esto se traducirá por seguro, en más restricciones y acrecentamiento de la crisis existente.
Se repite la historia una y otra vez, cual película muy promocionada, y donde el protagonista al final fallece, dejando insatisfechas las ilusiones del espectador por ver el éxito de su artista predilecto. Los clavos como se denominan estos filmes, son similares a los sucesos que vemos repetirse en los comicios efectuados en el País. Y donde la ciudadanía cada vez sale más frustrada de estos eventos que se suceden cada cuatro anos. Pues el final infeliz de la tragicomedia comicial, es siempre el mismo, perjuicio para las mayorías que no se benefician en nada de lo que pasa con la lucha terciaria.
La indolencia de quienes controlan el panorama nacional politiquero y gubernamental, está dando al traste con los sentimientos y esperanzas de quienes confían en el sistema democrático como forma de gobierno y Estado. El abandono a su suerte a quienes han contribuido para que lleguen al poder ciertos personajes que luego dan la espalda a sus correligionarios, compañeros, compatriotas, o como se dice también compañetriotas, está llevando a su fin, la fe en las instituciones partidarias a los dominicanos. Y esto resultara fatal para la Nación en los aspectos de la gobernabilidad.
De estos continuar su carrera loca de ambiciones desmedidas, ignorando las necesidades y requerimientos perentorios del pueblo, estarán embarcando a la ciudadanía en un viaje sin retorno a la paz y tranquilidad social que de por sí se ha estado perdiendo rápida y aceleradamente en los últimos tiempos. Convirtiendo definitivamente al País, en una anarquía institucionalizada, donde las buenas formas y costumbres, terminaran desapareciendo y convertirán el suelo patrio en una tierra de nadie, donde todos harán lo que le viene en ganas y los instintos desbocados, acabaran por destruirnos a todos.
domingo, 19 de julio de 2009
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