martes, 2 de junio de 2009

Injusticia Politiquera Contra la Diáspora Dominicana.

Por. Alberto E. Borda Objio
Periodista Dominicano Residente en Estados Unidos


Florida, USA.- Una injusticia más, otro discrimen contra los que residimos en el exterior. La modificación del pedazo de papel llamado Constitución por parte de los legisladores a instancias del Mandatario de turno que “conduce” los destinos de nuestro País, no es más que otro mamotreto de corte politiquero interesado para beneficio de unos pocos y no como debiera ser su objetivo principal, una cohesión de los derechos y deberes de todos los dominicanos, residan o no en la Nación que les dio origen.

Se sabía de antemano, que lo que se buscaba con la llamada reforma, no era más que asegurar privilegios para los que hoy ostentan el poder y las posiciones hegemónicas en el Estado dominicano. Y no, como se ha querido vender, de que con estas modificaciones a la Carta Magna se procedería a hacer más Justa la ley de leyes que rige los principios que sustentan nuestra nacionalidad.

Y es que ya no hay indios en la Nación. Se ha hecho ostensible de forma descarada la manera en que se han violentado algunos derechos de los dominicanos, dándole una chupeta con la modificación en algunos aspectos positivos pero que en la realidad lo que se busca es esconder el fin malsano de los intereses partidarios politiqueros de quienes nos desgobiernan.

El solo hecho de negar a los dominicanos residentes en el exterior el derecho a aspirar de manera inmediata en la participación comicial para posiciones de la Presidencia de la Republica y establecer condicionantes de tiempo de residencia en el País, es per se, una injusticia de marca mayor. Pues de todos es conocido, que donde primero se dirigen en busca de recursos económicos los politiqueros dominicanos, es hacia donde está la diáspora en países extranjeros, ya que los aportes a la economía por parte de los dominicanos ausentes, es el principal recurso que sustenta la economía del País.

La corrupción que marca este hecho, es tan bochornosa y vergonzante, que hace que los que vivimos fuera, pensemos seriamente en el abandono de la cooperación para con los que recurren a nosotros en la búsqueda de recursos para su politiquería acostumbrada.
Y que decidamos, elevar nuestra mas fuerte protesta ante la ignominia que resulta del acto de vulneración de nuestros derechos constitucionales tradicionales y que nadie, óigase bien, llámese como se llame,- aunque se pongan de acuerdo los pseudos lideres del país- tiene el derecho para excluirnos y negarnos lo que el Jus Sanguini y el Jus Soli nos otorgan legal y moralmente.

Por eso, ya ha perdido credibilidad el semejante mamotreto, pues no se puede implementar algo que contenga la exclusión de derechos fundamentales de dominicanos, vivan o no en el País. Y esta tratativa, no dejara de ser un intento más de acomodar las leyes privilegiando a pocos en contra de muchos, como ya es costumbre. Y sucederá, lo que siempre ha sucedido, que desde que cambian los regentes de turno, los que vienen inmediatamente piensan en modificar “el pedazo de papel” dando al traste, con una verdadera y justa Constitución de la República. Las clausulas excluyentes del mamotreto que se busca aprobar, en lo concerniente a los dominicanos en el exterior; “es otra injusticia politiquera contra la diáspora’.

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