Por. Alberto E. Borda Objio
Periodista Dominicano Radicado en Estados Unidos
Florida, USA.- Ya el asunto de la reforma a la Constitución es un tema muy manido y desvirtuado de sus objetivos principales. El afán incontrolable de abrir el camino a la reelección continua no se detendrá, ya que los politiqueros dominicanos necesitan de un vehículo que les permita transitar hacia la inmortalidad económica e histórica y de eso se trata la modificación del pedazo de papel que se utiliza como regla para justificar las ambiciones desmesuradas y corruptas de los que aspiran y llegan a la Presidencia de la República.
No importa a quien se avasalle en pos de la consecución de la meta deseada, ni que indecencias se cometan en la abolición o inclusión de artículos en la Carta Magna del País. Esta decidido de antemano e incluso programada su aprobación. Pero, hay que crear expectativas falsas y desarrollar circos en torno a esto, para disfrazar lo que todo el mundo sabe acerca del interés en este nuevo pedazo de papel.
Lo del aborto por ejemplo, lo principal no es que se haya prohibido o no, sino la realidad rampante del descontrol oficial en cuanto a medidas didácticas y de salubridad pública para prevenir los embarazos en adolecentes y niñas. En cuanto a la Justicia y Suprema Corte, que importa cuántos miembros tenga y el tiempo de duración en el servicio de los Jueces, si la balanza ciega que la representa nunca se ha mantenido incólume en su movimiento pendular, si no por el contrario, la injerencia del gobierno siempre ha primado en el funcionamiento de esta, lógico en favor de ricos y corruptos.
En cuanto a las medidas que cambiaran las reglas eleccionarias, que cojones le importa al pueblo que se reglamenten las trampas que se ejecutan cada cuatro años, y en que benefician a las mayorías la “organización” de los periodos eleccionarios si como quiera siempre lo engañan y pasan por encima de la voluntad popular en pro de los intereses mas espurios de la Nación.
Y ni que decir del articulo 55 y el poder que este otorga al Mandatario de turno, cuando sabemos que esta normativa de la Constitución le queda corta al poder omnímodo que obtienen los que llegan a sentarse en la silla de alfileres y que por medio de argucias y acciones truculentas y poco serias de todo tipo; seguirán haciendo y deshaciendo en su provecho propio y de sus relacionados aquellos que nos desgobiernan.
La realidad es otra, los acuciantes problemas nacionales que agobian a los dominicanos, no desaparecerán como por encanto por que se apruebe lo ya preconcebido y calculado al antojo del Presidente de turno, y es una falacia mas, el estar entreteniendo a los ignorantes con el circo creado en torno a la reforma y de esta forma desviar la atención de los escándalos de corrupción así como de los contubernios para desfalcar el erario público a través de acuerdos de aposento y simbiosis política delincuencial.
Y así, envolver a la ciudadanía en una polémica que en nada la beneficiara. Ya el Barón de Montesquieu en su afamada obra ‘Del Espíritu de las Leyes“citando a Epicuro escribió, sic:”Cuando existen Gobiernos buenos, las leyes malas se vuelven buenas y si los que gobiernan son malos, las leyes buenas de nada sirven”. La Constitución en nuestro País, es y seguirá siendo un pedazo de papel, que lamentable!.
Periodista Dominicano Radicado en Estados Unidos
Florida, USA.- Ya el asunto de la reforma a la Constitución es un tema muy manido y desvirtuado de sus objetivos principales. El afán incontrolable de abrir el camino a la reelección continua no se detendrá, ya que los politiqueros dominicanos necesitan de un vehículo que les permita transitar hacia la inmortalidad económica e histórica y de eso se trata la modificación del pedazo de papel que se utiliza como regla para justificar las ambiciones desmesuradas y corruptas de los que aspiran y llegan a la Presidencia de la República.
No importa a quien se avasalle en pos de la consecución de la meta deseada, ni que indecencias se cometan en la abolición o inclusión de artículos en la Carta Magna del País. Esta decidido de antemano e incluso programada su aprobación. Pero, hay que crear expectativas falsas y desarrollar circos en torno a esto, para disfrazar lo que todo el mundo sabe acerca del interés en este nuevo pedazo de papel.
Lo del aborto por ejemplo, lo principal no es que se haya prohibido o no, sino la realidad rampante del descontrol oficial en cuanto a medidas didácticas y de salubridad pública para prevenir los embarazos en adolecentes y niñas. En cuanto a la Justicia y Suprema Corte, que importa cuántos miembros tenga y el tiempo de duración en el servicio de los Jueces, si la balanza ciega que la representa nunca se ha mantenido incólume en su movimiento pendular, si no por el contrario, la injerencia del gobierno siempre ha primado en el funcionamiento de esta, lógico en favor de ricos y corruptos.
En cuanto a las medidas que cambiaran las reglas eleccionarias, que cojones le importa al pueblo que se reglamenten las trampas que se ejecutan cada cuatro años, y en que benefician a las mayorías la “organización” de los periodos eleccionarios si como quiera siempre lo engañan y pasan por encima de la voluntad popular en pro de los intereses mas espurios de la Nación.
Y ni que decir del articulo 55 y el poder que este otorga al Mandatario de turno, cuando sabemos que esta normativa de la Constitución le queda corta al poder omnímodo que obtienen los que llegan a sentarse en la silla de alfileres y que por medio de argucias y acciones truculentas y poco serias de todo tipo; seguirán haciendo y deshaciendo en su provecho propio y de sus relacionados aquellos que nos desgobiernan.
La realidad es otra, los acuciantes problemas nacionales que agobian a los dominicanos, no desaparecerán como por encanto por que se apruebe lo ya preconcebido y calculado al antojo del Presidente de turno, y es una falacia mas, el estar entreteniendo a los ignorantes con el circo creado en torno a la reforma y de esta forma desviar la atención de los escándalos de corrupción así como de los contubernios para desfalcar el erario público a través de acuerdos de aposento y simbiosis política delincuencial.
Y así, envolver a la ciudadanía en una polémica que en nada la beneficiara. Ya el Barón de Montesquieu en su afamada obra ‘Del Espíritu de las Leyes“citando a Epicuro escribió, sic:”Cuando existen Gobiernos buenos, las leyes malas se vuelven buenas y si los que gobiernan son malos, las leyes buenas de nada sirven”. La Constitución en nuestro País, es y seguirá siendo un pedazo de papel, que lamentable!.
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