Por. Alberto E. Borda Objio.Periodista Dominicano radicado en U.S.A.
Florida, USA.- La simple comprobación de un hecho delictivo a través de pruebas testimoniales, hacen que el que delinque se haga pasible del sometimiento a la justicia por parte de los afectados. Pero de no haber quien se atreva a implementar o instrumentar cargos en contra de los delincuentes, debería entonces y es obligación atributiva a la condición de perseguidor que por ley tiene el ministerio publico, someter y/o perseguir a los infractores ya que ostenta el cargo de representante principal del pueblo. En el caso de la especie, es el Procurador General de la República y si no, el Fiscal del Distrito Nacional, ya que la situación violatoria de la ley a que me refiero; ha sido cometida por Funcionarios de categorías privilegiadas electos mediante sufragios.
Los acuerdos de prebendas, anunciados públicamente con bombos y platillos por algunos de los implicados, en los cuales se destaca como protagonista al más alto representante de la Nación luego de una reunión con legisladores y dirigentes de la oposición, son el mejor fardo de la prueba que se necesita para iniciar acciones de tipo legal en procura del fallo punitivo de parte de la judicatura; ya que como bien dicen los abogados; “a confesión de parte, relevo de pruebas”.
Se podría pensar que quien suscribe, vive en otra Galaxia y que las violaciones flagrantes a la ley por parte de los que ocupan posiciones cimeras en el staff del gobierno y en los cargos electivos, nunca serán condenadas y mucho menos enviados a prisión los culpables de estas felonias y delitos, tipificados como peculado y que envuelven a esta clase de figuras públicas. En esto, a quien piense así, le concedo razón, pues en la Jurisprudencia Nacional, los fallos condenatorios en esta materia, se pueden contar con los dedos y estamos seguros que sobrarían algunos.
Entonces, porque la persistencia en la denuncia de los contubernios para burlar las leyes establecidas de parte de aquellos malandrines encumbrados en las más altas instancias de los estamentos del Estado, si de antemano sabemos, que no se iniciara ninguna persecución seria por parte de las autoridades de turno en la Justicia, pues dentro de los que dirigen esta, existen delincuentes que se encubren con el manto protector de la ignominia politiquera en los cargos que ocupan y de los cuales se valen para cometer innumerables fechorías al igual que a los que debieran someter a la acción justiciera, o no es cierto que en la Asamblea Nacional al igual que en Palacio existen funcionarios que han sido condenados o que estan sub judice de la justicia por cargos de corrupción?
Lo que sucede, y no es que nos llamemos a engaño, que los que nos dedicamos a la denuncia de los facinerosos que representan instituciones y estamentos del Estado, tenemos la certeza de que en un día no muy lejano, alguien de los que vendrán - ya que la podredumbre que tenemos como gobierno no puede durar, pues el sistema esta resquebrajado en todas sus partes, y no se podrá sostener por mucho tiempo - actuara con la responsabilidad que debe caracterizar a los que ocupan las más altas posiciones con el respaldo de las verdaderas mayorías, y tendrá que tomar las medidas punitivas contra los que se han amparado en cargos gubernamentales, haciendo del Estado una cueva de ladrones y delincuentes, violadores de todas las normas jurídicas establecidas en los códigos procesales y penales.
Esta esperanza, es lo único que queda en el pueblo, ya que de las promesas de los que nos han desgobernado, estamos cansados y es harto necesario, que negocios nauseabundos y tratativas delincuenciales como los que se están implementando entre el gobernante de turno y los que anidan en las cámaras congresuales, y que están comprometiendo el poco futuro que le queda a los dominicanos, debe ya de parar y dejar de cobijarse estos delincuentes y facinerosos; en las “Guaridas del Palacio y el Congreso Nacional".
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