El Men no se detienePor: Eli Heiliger
jorge puello sorianoJorge Puello Soriano, mejor conocido como El Men, no se detiene en su batallar contra las injusticias a pesar de sus ocho décadas acuesta y es hoy un símbolo de perseverancia y honestidad, en momentos en que esos atributos no abundan en el país.
El Men, siempre está ataviado con su uniforme de barro, de combate, como dice Juan Sánchez Lamouth en su Sinfonía Vegetal a Juan Pablo Duarte.
Ingresó a la lucha social en plena dictadura de Rafael Leonidas Trujillo a través del sindicato de zapateros. Pero es con la llegada al país del Movimiento Popular Dominicano, cuando salta hacia la militancia partidaria.
Desde esos lejanos años, bajo la orientación Máximo López Molina y los hermanos Ramos Peguero ingresa al MPD, que llegó al país, cuando los remanentes de Trujillo no habían salido, bajo la consigna de: “Resistencia interna o Trujillo para siempre”.
Desde entonces se mantiene firme a sus ideas, como resisten las palmeras los vientos huracanados. Ha visto muchos de sus camaradas abdicar por prebendas.Se puede tener diferencias con Jorge Puello Soriano, pero no se puede dejar de reconocer su firmeza en la defensa de sus principios.
En estos días se le quemó su casa en la Calle Barahona del barrio San Carlos, a donde acudí a visitarlo a expresarle mi solidaridad y lo encontré, como siempre, firme en sus ideas: “Camarada la guardia nunca se debe bajar por recios que sean las peores condiciones”, me comentó para dejarme entrever que su matrimonio con la lucha contra las injusticias es sin divorcio.
Ciego, pero siempre sobre las ancas de rocinante con su lanza al hombro para desfacer entuertos, mantiene su condición de miembro del comité central del MPD, cargo que ocupa desde 1963.
A este hombre nadie lo arredra, ni siquiera sus pasos por las mazmorras en las que vivió las peores condiciones.
Recuerdo durante mi adolescencia en el barrio Villa Francisca, las historias, que circulaban de boca en boca, de cómo resistía sus verdugos que no doblegaron sus convicciones, desde esa época admiro.
Que bueno que existen hombres de las dimensiones que tiene El Men, en momentos en que la política se ha convertido en un bazar, donde todo, bajo el manto de pragmatismo, se justifica.


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